Durante años, el SEO (Search Engine Optimization) fue un juego técnico: palabras clave, backlinks, velocidad de carga, etiquetas. Pero todo cambió con la llegada de la inteligencia artificial a los buscadores. Hoy, la forma en que las personas y las marcas aparecen en línea depende cada vez más de su reputación, autoridad y relevancia contextual. En ese nuevo escenario, las relaciones públicas (PR) se convirtieron en una herramienta esencial para el posicionamiento orgánico.